Spanking (azotes consensuados entre adultos)
En
esta ocasión vamos a hablar del famoso juego con el término anglosajón
“spanking” o como decimos los hispanos hablantes: azotaina o unos buenos
azotes. Esto dicho así, quizás, puede sonar un poco brusco pero no se
nos puede olvidar en ningún momento que estamos hablando de un juego
erótico entre dos adultos (o más) que es consensuado. Y es que hay tres
reglas básicas para jugar y estas son que sea sano, seguro y
consensuado. ¿Por qué? Porque se trata de un juego y pasarlo bien y si
no estamos dispuestos a cumplir esta normativa, entonces ya no estamos
hablando de spanking, estamos hablando de otros términos que son
ilegales. Otros términos ingleses que encontrareis relacionado con este
juego por internet serán: spanker = que se refiere a la persona que azota; y spankee = la persona azotada.
¿EN QUÉ CONSISTE EL SPANKING?
Este
juego tiene infinidades de posibilidades, así que en este artículo
vamos a hablar del sentido más amplio del juego y en los próximos iremos
profundizando aún más sobre todas sus particularidades. Pues bien, como
su nombre indica consiste en darle unos azotes a tu pareja, amigo de
juegos o como os apetezca llamarlo en distintas zonas del cuerpo, aunque
por lo general este juego se centra en darlo en el trasero. Zonas como
en la planta de los pies y las manos también se suele azotar, incluso en
la espalda, pecho y muslos pero siempre con el debido cuidado de no
azotar en zonas prohibidas y peligrosas.
Pero
todo esto no se hace a la ligera. Se tiene que hablar hasta el más
mínimo de detalle de cómo va a ser este encuentro: si se va a hacer con
la ropa puesta o con el trasero al aire o el/la spankee desnuda/o o
ambos desnudos, el número de azotes aproximado que se quiere dar, con
qué instrumentos, en qué posturas por si os apetece sobre las rodillas
de tu spanker, con el estómago apoyado en la mesa y las piernas
ligeramente abiertas, con unos almohadones debajo de la pelvis mientras
te apoyas en la cama.
También
si queréis podéis hacer un juego de roles en que representáis a una
jefa enfadada porque su secretario ha sido torpe y no ha entregado los
informes a tiempo, o profesor-alumna, o dos amigas que se han peleado y
quieren zanjar sus diferencias con unos azotes o un paciente que no se
deja poner una inyección y la enfermera tiene que darle unos buenos
azotes para que se relaje, o papi cabreado porque su hija ha sacado
malas notas en la universidad… aquí la imaginación es totalmente libre
de crear el escenario que más os apetezca y sí además os apetece usar
algún tipo de disfraz para representar mejor vuestro rol, también está
permitido siempre que estéis cómodo con todo esto. La clave por la cual
excita tanto este juego, es que el papel principal es el miedo. El no
saber si podrá soportar los azotes o no, cuántos caerán, si los dará
fuerte o flojos… puede parecer contradictorio, pero es muy excitante.
Además, que las buenas vistas de tener unas buenas nalgas a tu
disposición y poder ir dándoles color a tu antojo, es fascinante.
Finalmente añadir, que las nalgas al igual que otras partes del cuerpo
es una zona erógena importante del cuerpo…
LA PALABRA DE SEGURIDAD DURANTE EL SPANKING: FUNDAMENTAL
Como
se ha comentado anteriormente, la seguridad en este juego es vital. Y
puede que cuando se esté planificando, todo muy bien montado y en el
momento de jugar, a uno de los dos le entra el pánico y decide no jugar
en ese momento o por el contrario, han comenzado a jugar y uno de los
dos quiere parar. Ya sea porque no se encuentre cómodo jugando o porque
le duele muchos los azotes y no puede aguantar más o por el motivo que
sea. Para estos casos, la pareja de juego tendrá siempre pactada una
palabra de seguridad previa que se será la clave para parar el juego.
Esa palabra no puede estar relacionada con el ámbito del juego, es
decir, no vale usarse “para” por ejemplo, porque se puede interpretar
como que entra dentro del rol del juego. Por lo tanto puede ser la
palabra “azul” o “semáforo” o “jirafa”… la que queráis, siempre que esté
fuera del contexto. Dicha esta palabra, el juego se parará
automáticamente porque la seguridad es ante todo lo más importante.
LA INTENSIDAD DEL SPANKING
La
intensidad de estos azotes puede variar desde ser unos azotes eróticos,
que se refiere a algunos azotes muy suaves que se puede dar estando la
chica o el chico en las rodillas de su pareja o encima de la cama o
apoyado/a sobre una mesa (o dónde estéis más cómodos) a darlos mientras
se penetra durante el coito. Son azotes que no dejan marca ninguna, son
muy suaves e inocentes y sirven para calentar un poco el ambiente. Y ya
desde ahí se puede ir aumentando en intensidad, en función de lo
aventureros que seáis y lo que aguantéis cada uno. Hay algunas
modalidades que son más extremas que pueden llegar a dejar marcas que
pueden durar varios días pero si ese es vuestro deseo… ¡ADELANTE!, todo
está permitido siempre que cumpláis las reglas mencionadas
anteriormente.
¿CON QUÉ SE AZOTA? INSTRUMENTOS DE SPANKING
En
el maravilloso mundo del spanking podemos encontrar muchos tipos de
instrumentos para azotar. El clásico es la mano. Cómoda, barata y fácil
de usar, aunque después de unos cuántos azotes el spanker puede correr
el riesgo de que le empiece a picar un poco pero entra todo parte del
juego. Después otros instrumentos típicos para usar para el “castigo”
pueden ser la zapatilla, el cepillo de pelo típico que podemos tener en
casa, el cinturón, una regla de madera, un paddle, un twase, strap (que
son tiras de cuero), látigo de tiras, fustas, la temida vara (de éste
instrumento viene la expresión que tanto se dice en mi tierra: “te temo
más que a una vara verde”), raquetas de ping pong, cucharas de madera,
matamoscas, sacude-colchones… la cantidad de instrumentos que existe es
impresionante porque en nuestro ámbito doméstico hay muchos que nos
puede servir para azotar, sólo necesitamos ser un poco creativos.
¿QUÉ PASA DESPUÉS DEL SPANKING? “EL CASTIGO”
Aquí
también hay una gran cantidad de variantes: desde mandar a tu
castigado/a al rincón a pensar en “sus fechorías” o aprovechar para
mandarle a que se ponga a copiar 50 veces “prometo portarme bien la
próxima vez” o dar un abrazo o pasar directamente al coito de
reconciliación. Aquí manda el spanker (bueno, que recuerdo que realmente
hará lo que se haya pactado previamente), así como más les apetezca ;)
Profundizaré sobre más del tema próximamente.